Publicidad: ni contigo ni sin ti tienen mis males remedio

La publicidad resulta imprescindible para mantener los medios de comunicación gratuitos o a un precio asequible, pero hay que dejar claro al lector qué es publicidad y cuál es el contenido independiente.

Publicidad en Internet

Los periodistas de medios escritos se han pasado la vida viendo cómo los gerentes de su empresa valoraban cada revista o periódico exclusivamente por la publicidad, sin prestar atención a los contenidos redaccionales. Los redactores se mataban para escribir reportajes de interés, buscar temas novedosos, cerrar a tiempo la edición… y llegaba el gran jefe y pasaba las páginas a toda velocidad contando cuántos anunciantes tenía el número. Es decir, el plumilla de turno servía para rellenar espacios entre páginas de Lancôme, Audi o Ikea. ¡Qué tiempos!

Ahora es peor

Pero actualmente es peor. Los anunciantes brillan por su ausencia. Uno hojea las revistas y los dominicales y no encuentra más que dos, tres páginas pagadas a lo sumo. Las publicaciones se mantienen gracias al trabajo duro de plantillas diezmadas, profesionales mal pagados y freelancers sin derechos.

Por eso el papel ya no es rentable. Los anunciantes se han pasado a Internet, ahora ponen sus ojos en la red porque la publicidad es muy barata y porque es el lugar donde todos nos damos cita.

Sin embargo, los internautas estamos cansados de la publicidad invasiva, de las ventanas emergentes que disimulan la equis que nos permitirá hacerlas desaparecer, de los mensajes agazapados que nos asaltan en cada esquina de la pantalla sin piedad.

Pero de lo que de verdad estamos hartos es de la publicidad vestida con traje de información. Muchas marcas, sabedoras de la precariedad de los periodistas, buscan la recomendación de comunicadores influyentes, porque una palabra suya resulta más rentable para las firmas que cualquier anuncio explícito.

Seamos honestos

Todos esos blogs que nos venden productos entre líneas resultan cansinos. Cada cual es muy libre de vender lo que quiera, pero la ética informativa ha de estar por encima. Los profesionales no deben renunciar a la manera correcta de ejercer su profesión, por más que los tiempos sean difíciles, y es importante que dejen claro al lector qué es publicidad y qué es información, igual que se ha hecho siempre en los medios en papel.

En Balloon nos interesa la comunicación, y aunque aceptamos que no podemos vivir sin publicidad o sin suscriptores, no nos gusta que nos den gato por liebre. Como periodistas, el engaño nos resulta inaceptable.

Pensamos que la sobreabundancia de anuncios en la red no es buena… a menos que llegue a saturar tanto a los lectores que acaben pagando por los contenidos que les interesan con el fin de que no incluyan publicidad. ¿O es una utopía?

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