Que «los monosílabos no se acentúan» es de esas frases que recordamos de los tiempos del colegio, pero ¿nos acordamos también de las excepciones?
Las palabras de una sola sílaba no llevan tilde, pero como el español es un idioma puñetero, no podemos decir que nunca se acentúan, sino que no se acentúan casi nunca.
¿Qué es un monosílabo?
Parece sencillo saber qué es un monosílabo: una palabra de una sola sílaba, un núcleo fónico único: mil, pan, yo. Pero tener la condición de palabra monosílaba no implica necesariamente ser breve. Dentro de las palabras monosílabas las hay cortas: va, la, y también las hay largas: guieis, friais.
Tampoco todas las palabras cortas son monosílabas; por ejemplo, oía es trisílaba.
Pero nuevamente nuestro idioma puñetero nos lleva a las excepciones. Hay palabras que pueden ser consideradas monosílabas o bisílabas dependiendo de la pronunciación del hablante. Por ejemplo, puede pronunciarse y escribirse guion o guión, truhan o truhán, riais o riáis, fié o fie.
Para ayudar a saber si una palabra es monosílaba hay que tener en cuenta que algunas combinaciones vocálicas siempre son diptongos, con independencia de su pronunciación. Son los casos en los que se combina una vocal abierta (a, e, o) con una vocal cerrada (i, u), o viceversa, siempre que i, u no sean tónicas. También forman diptongo dos vocales cerradas juntas diferentes y átonas.
Esta convención, relativamente reciente (1999), hace que algunas formas verbales a las que poníamos tilde ya no la lleven por considerarse ahora palabras monosílabas: criais, lieis, aunque, como dice la RAE, es admisible acentuarlas si los diptongos se pronuncian como hiatos.
Pero atención: rio (pasado de reír) no lleva tilde porque, según lo dicho anteriormente, la i y la o forman un diptongo, con lo que la palabra es monosílaba; pero río de corriente de agua sí se acentúa porque se marca el hiato en la pronunciación. Lo mismo pasa con pio (pasado de piar) y pío, que es una persona devota o también la onomatopeya del sonido que emiten los pollitos y los pajaritos. Ejemplos: «Yo me río mucho», «Él se rio ayer», «El río Ebro».
Los correctores automáticos del Word y otros procesadores de texto nos van a dar como erróneas algunas de estas palabras, por lo que conviene ir a la web de la RAE, escribir el infinitivo del verbo objeto de duda (reír, freír, huir…) y pulsar el botón de «conjugar»; ahí podremos ver todos los tiempos verbales conjugados.
La famosa tilde diacrítica
Los monosílabos no se acentúan salvo excepciones. En ocasiones, aunque no siempre, ponemos una tilde diacrítica para diferenciar palabras aparentemente iguales con funciones gramaticales distintas. Pero no ocurre lo mismo con otras palabras bisílabas: como todo el mundo sabe y con frecuencia critica, solo ya no se acentúa en ningún caso. Y tampoco este, ese, aquel ni sus variantes de género y número, ya tengan función de pronombres o de demostrativos.
En general, la tilde diacrítica se pone en los monosílabos en las formas tónicas, las que pronunciamos con mayor intensidad, y no se pone en las formas átonas. Pero también hay excepciones. Por ejemplo, la letra te (tónica) no se diferencia con una tilde del pronombre te (átono), o las notas musicales mi, si (tónicas) no llevan tilde que las diferencie del posesivo mi o la conjunción si.
De momento, la RAE nos dice que sí pongamos tilde diacrítica en los siguientes casos:
Dé del verbo dar («Quiere que le dé la razón»). NO se pone tilde en de preposición («No tengo nada de dinero», ni al referirnos a la letra de.
Él pronombre («Él es el hombre de mi vida»). NO se pone tilde en el artículo («El día más largo»).
Más podríamos decir que siempre se acentúa porque lleva tilde cuando es adjetivo («Ahora tengo más trabajo»), cuando es adverbio («Tú eres más alta»), cuando es conjunción con valor de suma («Dos más dos son cuatro»), cuando es pronombre («Sírveme más») y cuando es sustantivo («Pon un más en la cuenta»). NO se pone tilde a mas cuando equivale a pero, función que no suele utilizarse casi nunca por lo cursi o literario que resulta: «Te contrataría, mas temo las críticas».
Mí se tilda cuando es pronombre («Lo quiero para mí»). NO se pone tilde cuando mi es posesivo («Mi vida es complicada») ni cuando se refiere a la nota musical.
Sé lleva acento gráfico cuando es la primera persona del verbo saber («Sé que me quieres»). NO se pone tilde a se en sus usos pronominales ni impersonales ni de pasiva refleja («Se quieren como el primer día», «Se vende plaza de garaje»).
Sí tiene tilde cuando es adverbio de afirmación («Sí, quiero»), cuando es pronombre reflexivo («Solo piensa en sí misma») y cuando es sustantivo («Se dieron el sí»). NO lleva tilde si cuando es conjunción («Si vienes, te espero»), ni cuando es una nota musical.
Té lleva tilde cuando se refiere a la infusión, y por alguna razón que no comprendemos también lleva tilde tés, en plural. Los tés de taza, sustantivos masculinos, no podrían confundirse con las tes, letras, femeninas, pero la RAE así lo manda. NO lleva tilde te ni cuando es una letra ni cuando es un pronombre («Te dejo solo»).
Tú lleva tilde cuando es pronombre («Tú eres la mejor»). NO lleva tilde tu cuando es posesivo («Tu risa es contagiosa»).
Otros monosílabos (o no) con tilde diacrítica (o no)
Aún o aun puede ser monosílaba o bisílaba, según se pronuncie. Lleva tilde cuando puede sustituirse por todavía con significado temporal, ponderativo o intensivo: «Aún es de noche», «Aún es más caro», «Aún me gusta más». Cuando puede sustituirse por hasta, también, incluso, aunque, se escribe sin tilde: «Aun a ciegas, me lo quedo», «Te humillará aun cuando te vea en las últimas», «Aun así no me rindo», «Aun sabiendo que no vendrás, te esperaré».
Los monosílabos cual, cuan, que y quien no llevan tilde si son átonos («Cada cual que se ocupe de lo suyo», «Se tumba cuan largo es», «Que no me digas nada», «Quien quiera que se vaya») y la llevan cuando son tónicos («Son a cuál más bobo», «Cuán abandonado me tienes», «No tengo con qué pagar», «No sé quién se va a ocupar», con independencia de si se acompañan o no de signos de admiración o interrogación.
O no lleva tilde nunca, ni siquiera cuando va entre dos números, como se hacía antes, porque la RAE considera que las tipografías actuales diferencian claramente las cifras de las letras y que está claro que aquí pone 1 o 2 y no 102.
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