Cuando escribimos, igual que cuando conversamos, tenemos la posibilidad de dirigirnos a nuestro interlocutor de varias formas; dependiendo del medio que estemos utilizando, conviene elegir unas u otras.
En España, país en el que la inmensa mayoría de la gente se tutea incluso antes de conocerse, con independencia de su edad, sexo, relación, cargo, familiaridad… conviene ser cautos durante los primeros momentos y no decir un tú inmediatamente hasta que no se tenga un poco de confianza, por si acaso la otra persona se siente molesta.
Pero también, en ocasiones, decir un usted puede hacer pensar que estamos poniendo barreras, que queremos marcar distancias. Por eso haremos bien en obviar durante esos primeros momentos el tú o el usted y hablar en modo impersonal, esto es, en tercera persona: «Hay que», «Parece conveniente», «Suele preferirse», «Quienes deseen hacer…».
Otra opción para los primeros contactos es recurrir a circunloquios con el fin de evitar una frase directa; por ejemplo: «Si hemos terminado de resolver las dudas de este punto, podemos pasar al siguiente», en vez de decir «¿Tiene usted algo más que preguntarme?».
El comodín del estilo impersonal
Cuando redactamos para Internet o para un medio escrito generalista conviene utilizar el tono impersonal y no dirigirse al lector de forma directa. No sabemos quién nos lee ni si puede sentirse incómodo con el tuteo; es algo así como cuando nuestros padres llaman a Orange y alguien con voz de imberbe les tutea implacablemente por más que los —casi seguro— molestos abonados se empeñen en «ustearle».
También hemos de tener en cuenta que, en textos con vocación de universalidad y cierta permanencia, el lector puede ser un hispanohablante de una zona en la que no se utiliza el tú tan alegremente y menos todavía el vosotros, como puede ser en Argentina o en Canarias.
Estamos entre amigos
Cuando trabajamos para un medio que busca la cercanía con el interlocutor, quizá sí convenga o incluso sea una norma de la casa el estilo directo. Es el caso de algunas revistas o portales para mujeres que nos dicen directamente lo que tenemos que hacer, incluso con imperativos: «Seduce a tu pareja, hazle esto y lo otro, olvídate de, nunca cometas…».
También en las páginas de informática, de cocina, de cuidados… suelen tutearnos, darnos órdenes e indicarnos cuál debe ser nuestra forma de actuar.
Es normal que en un medio como Facebook, aunque sea un Facebook de empresa, se llame a los usuarios de tú y en plural: «¿Qué os parece esta promoción?» o «¿Conocéis nuestra nueva tienda?». La idea de que somos y nos tratamos como amigos es el espíritu habitual en las redes sociales y quizá por eso nos gustan tanto.
Seamos coherentes
En nuestra modesta opinión, conviene ser prudentes: no sabemos quién nos lee y nuestro principal interés es agradar a todo el mundo.
Sea como fuere, lo que sí nos parece importante es mantener un criterio unificado, que el tratamiento sea siempre igual en el mismo escrito. Vemos muchos casos en los que se dice: «No espere a que sea tarde para…», y al lado «Llámanos ahora»; «Empieza hoy», y a continuación: «Si queréis participar…». Hay que ser coherente: o de tú o de usted, o en singular o en plural, pero no todo a la vez.