Sabemos de gente que no lo ha usado nunca, pero el punto y coma también existe y tiene su utilidad. Aprender dónde soltarlo nos hará escribir mejor.
Todo el mundo estudió que el punto y coma era un signo de puntuación que marcaba una pausa mayor que la de la coma y menor que la del punto, algo intermedio. Sin embargo, eso no es decir mucho, porque a la gente no le queda claro dónde colocarlo ni cuál es ese punto medio.
El punto y coma se usa tan poco que, cuando alguien lo domina, resulta hasta elegante. Tener la clave del punto y coma, saber ponerlo si viene al caso, nos va a ayudar a escribir mejor.
Primera ocasión para poner un punto y coma
Si queremos escribir bien, hay que usar el punto y coma cuando hacemos una enumeración de frases relacionadas que ya llevan comas. Por ejemplo:
- Mi padre vino el domingo; mi madre, el lunes; mi marido, hoy por la mañana.
- La comida estaba mala; la sopa, fría; la carne, dura; la cerveza, caliente.
En estos casos, si ponemos la conjunción y antes del último elemento de la enumeración, podemos sustituir el punto y coma por una coma:
- La comida estaba mala; la sopa, fría; la carne, dura, y la cerveza, caliente.
Segunda ocasión para poner un punto y coma
En las oraciones independientes que tienen relación entre sí ponemos punto y coma. Por ejemplo:
- Todo el mundo a escribir; demostrad lo que sabéis.
- Estamos haciendo obras en casa; hemos tirado tabiques, renovado el suelo….
En estas frases, el punto y coma podría sustituirse también por un punto y seguido, o incluso por dos puntos.
Tercera ocasión para poner un punto y coma
Antes de una frase que comienza por un conector adversativo, concesivo o consecutivo (pero, aunque, por lo tanto, sin embargo, no obstante…) se puede colocar un punto y coma. Por ejemplo:
- Quiere demostrar que sabe utilizar el punto y coma; sin embargo, no siempre acierta.
- Pone un montón de acentos cuando escribe; aunque en los lugares equivocados.
Otras veces no es necesario el conector, pero la segunda frase podría llevarlo, y se entiende su relación con la primera y su sentido contrapuesto. Aquí el punto y coma viene al pelo:
- Mi padre escribe muy bien; a mí se me da fatal.
Cuando la segunda frase es corta se puede emplear una coma en lugar del punto y coma:
- Escribe mucho, pero escribe mal.
Por el contrario, si la segunda frase es larga, se recomienda utilizar un punto en lugar del punto y coma.
- Escribe un rato todos los días desde que aprendió a hacerlo en la escuela. No obstante, sigue escribiendo con muchos errores y mala caligrafía.
Cuarta ocasión para poner un punto y coma
La RAE recoge una cuarta ocasión en la que aconseja poner punto y coma: detrás de cada elemento de una lista o relación que va detallada en líneas independientes:
La reunión de hoy tendrá los siguientes puntos:
- punto y aparte;
- punto y seguido;
- punto y coma;
- puntos suspensivos;
- dos puntos;
- punto final.
A nosotros no nos gusta este uso del punto y coma al final de cada línea. En Balloon también hacemos trabajos de diseño y maquetación, y nos parece que esta elección ensucia visualmente la página. Preferimos no poner nada o bien terminar con un punto.
Como se ve en el ejemplo, estas enumeraciones empiezan con minúscula porque después del punto y coma se escribe siempre en minúscula; y la última línea termina con punto.
Una cosita más
El plural de punto y coma es invariable:
- Tenéis que aprender a poner los punto y coma donde proceda.
Para que suene mejor, se puede recurrir a un truco:
- Tenéis que aprender a poner los signos de punto y coma donde proceda.
Y dicho todo esto, los signos de puntuación son imprescindibles para comprender un texto y para hacernos entender con precisión, pero también son interpretables en algunas ocasiones. Ahí radica su encanto: pueden trasmitir una postura tajante, una duda, un estado de ánimo, un matiz… El uso del punto y coma es necesario a veces, pero otras resulta opcional y completamente subjetivo; aunque a nosotros nos gusta.