Saber alimentar un blog es como aprender a conducir: estudiamos unas cuantas reglas y nos ponemos a practicar.
Escribir correctamente no es como ser alto o guapo, que parece privativo de unos pocos privilegiados que portan los genes de la suerte. Por el contrario, cualquiera puede aprender a escribir bien si se esfuerza un poco, aunque tal vez nunca llegue a ganar un premio Pulitzer.
Crear un blog personal o de empresa es sencillo y gratuito. Llenarlo de contenidos requiere constancia y cierto cuidado para no hacer el ridículo.
Te regalo mis conocimientos
Lo primero que debemos tener en cuenta es que escribir un post es un acto de generosidad: vamos a compartir nuestros conocimientos, a regalar lo que sabemos a otros. Y eso es altruismo, pero también genera ventajas: nuestra imagen se verá beneficiada.
¿Qué queremos contar?
Lo que sabemos, nuestra experiencia, lo que nos cuentan… Por ejemplo, si tenemos una empresa que vende zapatos, seguro que tenemos un montón de conocimientos sobre el tema. Podemos crear posts sobre la suela de goma, la suela de plástico, la suela de piel, la suela cosida, la suela pegada… Entradas breves y concretas para no aburrir al personal.
No copiemos, seguro que tenemos ideas propias que transmitir.
No digamos banalidades: todos estamos ocupados y no nos gusta que nos hagan perder el tiempo.
La redacción
Ya lo hemos dicho otras veces, los textos para Internet tienen su propio estilo. Recurramos a la clásica estructura de frases cortas, con sujeto, verbo y predicado, pocas subordinadas y muchos puntos para separar cada idea.
La corrección
Cualquier programa de tratamiento de textos nos marcará las palabras mal escritas, aunque no todas, claro; ninguno diferencia todavía entre bebe y bebé, tu y tú, porque y por qué… En esos casos comprobemos la corrección en el Diccionario panhispánico de dudas, que deberíamos tener siempre en la barra de favoritos de nuestro navegador.
Repasemos lo escrito, releamos el post antes de colgarlo, y mejor si es después de un rato o de dos. Es bueno que le mostremos el texto a alguien de confianza, no a un enemigo ni a un pelota, y que lo lea en voz alta para ver si conviene modificar los signos de puntuación.
Con la práctica, aprenderemos a escribir un buen post en nuestro blog y redactaremos contenidos interesantes para nuestros seguidores… ¿O no os ha interesado nada este post?